La microcuenca del río San Juan, ubicada en un entorno de gran riqueza natural y cultural, es un sistema vital que abastece de agua a
diversas comunidades. Su preservación no solo es fundamental para garantizar el acceso equitativo y continuo al agua y al saneamiento, sino también
para mantener el equilibrio ecológico del territorio.
La provisión de servicios de agua y saneamiento en esta región no puede desvincularse del entorno natural. Cada intervención humana (desde la captación
hasta el tratamiento de aguas residuales) tiene un impacto directo en los ecosistemas que sustentan el ciclo del agua. Por ello, adoptar un enfoque
sustentable es más que una opción: es una necesidad.
Esto implica considerar la planificación, implementación de infraestructura, la mejora de las capacidades de los actores involucrados, el establecimiento de la
cogestión, y la creación de sistemas de monitoreo y evaluación de los servicios, para conseguir disminuir paulatinamente la contaminación en la microcuenca.
Cada acción que tomamos en relación con el agua y el saneamiento debe reconocer que la Madre Tierra no es una fuente inagotable de recursos. El respeto por sus
ciclos y límites debe guiar nuestras decisiones favoreciendo su conservación.
Garantizar la provisión sustentable de servicios de agua y saneamiento en la microcuenca del río San Juan es una tarea urgente que exige corresponsabilidad,
conciencia ecológica y acción conjunta.